Hoy se percibia la tristeza en el bosque, como si supiera lo que está ocurriendo a unas decenas de kilometros. Tan sólo algún arrendajo rasgaba el silencio tan espeso como el humo que parecía huir del incendio.
Que gran sentimiento de impotencia!!!
No entiendo porque no nos dejan ayudar, ya se demostró en el prestige que un númeroso grupo de voluntari@s es capaz de hacer milagros...
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