Curiosa palabra, verdad???
Esta palabra nos recuerda que un acto cotidiano puede repercutir en la otra parte del mundo generando desigualdad.
Hay mucho ejemplos:
El problema del Sahara, ¿Sabes que parte de esas armas pueden haber sido producidas por empresas españolas que se financian con bancos y cajas nacionales y estas con nuestros ahorros? Tristemente somos complices de aquello por lo que protestamos (hazte cliente de la banca ética).
Nos escandaliza la deforestación, pero también se financia con nuestro dinero y podemos ser compradores de ese producto de la devastación (utiliza productos de madera certificada) y así cientos de ejemplos del día a día que pasan desapercibidos...
No es suficiente con protestar o firmar o pertenecer a una asociación, hemos de ser consecuentes con nuestros actos ya que en ocasiones nos juegan malas pasadas.
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